Aumenta la percepción de corrupción de la ciudadanía en Cataluña y se sitúa en un 80,2% las personas encuestadas que creen que hay mucha o bastante corrupción

Una cifra que ha escalado más de 13 puntos respecto al Barómetro de 2020, que se situaba en un 67%. Esta cifra alcanzó su punto álgido en 2014, llegando al 82,3%

Por otro lado, un 82,6% de los encuestados también percibe la corrupción en Cataluña como un problema grave o bastante grave, un porcentaje que en 2020 se situaba en el 79,5%

El aumento de la percepción este año viene acompañado de un aumento de la tolerancia de conductas que forman parte del concepto de corrupción. Por ejemplo, un 21,9% de los encuestados no ve corrupción en que un empresario pague por obtener un contrato público, o un 22% pasa por alto que una persona aproveche un cargo público para un beneficio personal

La visión que tiene la ciudadanía de la política y de quienes se dedican a ella no es buena: la percepción de poca o nula honestidad de los políticos se sitúa en un 64,9%. Y un 44% de encuestados cree que los partidos políticos se financian ilegalmente

Otro hecho relevante es la escasa confianza en el personal al servicio de la administración. Un 35,3% de los encuestados considera que el personal de la administración es muy o bastante honesto

Se mantienen similares los servicios públicos en los que se considera más extendida la corrupción: las obras públicas (68,7%), el urbanismo (66,1%) y la justicia (60,4%)

Sobre transparencia, el 72,3% de la ciudadanía considera que las relaciones entre los cargos públicos y los grupos de interés no son suficientemente transparentes

Miguel Ángel Gimeno i Lourdes Parramon presenten el Baròmetre 2022 en roda de premsa
Miguel Ángel Gimeno i Lourdes Parramon presenten el Baròmetre 2022 en roda de premsa

14 de diciembre de 2022. El Director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Miguel Ángel Gimeno, ha presentado esta mañana los resultados del Barómetro ’La corrupción en Cataluña: percepciones y actitudes ciudadanas’, coincidiendo con el Día Internacional contra la Corrupción, que fue el 9 de diciembre, junto a la Jefa de Relaciones Institucionales de Antifraude, Lourdes Parramon.

El Barómetro de Antifraude es un estudio que recoge datos sobre la percepción de la corrupción en Cataluña, sobre los niveles de transparencia e integridad en las Administraciones Públicas catalanas y sobre actitudes y comportamientos de la ciudadanía. Se realiza de forma bianual desde el año 2010.

Éste es el 7º barómetro sobre La corrupción en Cataluña: percepciones y actitudes ciudadanas y forma parte de una serie iniciada en 2010 con la que se pretende mejorar el diseño de las políticas públicas en este ámbito, especialmente desde la Prevención.

Este año se ha pasado de encuesta telefónica a encuesta online. Por esta circunstancia, los resultados no son estrictamente comparables con los obtenidos en oleadas anteriores.

La percepción de la corrupción aumenta respecto al Barómetro de 2020

De los resultados del Barómetro de 2022 se desprende que la percepción de la corrupción está asentada en niveles altos: el 80,2% (gráfico 1) de los encuestados considera que hay mucha o bastante corrupción frente al 67% del barómetro de 2020. La tendencia , que había ido a la baja desde 2014, este año vuelve a subirse a cifras de hace diez años, en 2014 alcanzó su punto más álgido con un 82,3%“El coste de la corrupción no es sólo económico, es político. Devalúa la democracia y los principios de igualdad de oportunidades, y es moral. Reduce la confianza entre personas y favorece una relajación en la exigencia ética”, ha afirmado el Director de la Oficina Antifraude, Miguel Ángel Gimeno, en relación a la percepción de corrupción.

El Director de Antifraude, Miguel Ángel Gimeno, presenta el Barómetro 2022 sobre percepción ciudadana en rueda de prensa

El Director de Antifraude ha señalado que "la percepción de corrupción se mantiene en niveles inaceptables; se trata de un problema crónico de corrupción, concentrado en las altas esferas, de contaminación de las decisiones públicas por la interferencia de intereses privados".

Gráfico 1. En Cataluña hay mucha o bastante corrupción

Gràfic 1. A Catalunya hi ha molta o bastant corrupció

Por otro lado, el Director de la Oficina Antifraude mostró su preocupación "por el aumento de la tolerancia de conductas que forman parte del propio concepto de corrupción".

Sin embargo, este año un 82,6% de los encuestados percibe la corrupción en Cataluña como un problema grave o bastante grave, una cifra que en 2020 se situaba en el 79,5% (gráfico 2). El nivel de estudios es relevante en la percepción. Las personas con estudios primarios consideran, en mayor medida: que hay mucha corrupción (35,5% frente al 26,7% del conjunto de la población), que la corrupción es un problema grave (46% frente al 38,3%) y que en los últimos años ha aumentado (59,6% frente a 51,1%).

Gráfico 2. La corrupción en Cataluña es un problema muy o bastante grave

Gràfic 2. La corrupció a Catalunya és un problema molt o bastant greu

Altos niveles de tolerancia con las conductas corruptas

En el Barómetro 2022 existe un elevado índice de tolerancia, relativización y justificación de las conductas corruptas y se aprecian dificultades para identificar conductas potencialmente corruptas.

Por ejemplo, entre las conductas más toleradas, el 29,3% de los encuestados acepta (mucho o bastante) que un alto cargo admita como regalo una caja de vino (en 2020 era el 21,1%); un 21,9% (11,9% en 2020) que una persona que trabaje en el sistema sanitario público ayude a un familiar a saltarse una lista de espera; y un 17,9 (6,4% en 2020) tolera (mucho o bastante) el nepotismo (que un cargo político contrate a un amigo íntimo por un puesto de confianza). La aceptación de dinero por parte de un funcionario para agilizar un trámite es una de las conductas menos toleradas (aunque en 2020 sólo lo consideraba muy aceptable un ínfimo 0,7% y este año el porcentaje es superior, el 6,1 %).

La conducta que más justificación recibe sigue siendo, como en anteriores ediciones, empadronar a un hijo en casa de los abuelos para que lo acepten en la escuela deseada (en una proporción mucho más alta, ya que el 35,7% lo encuentra mucho o bastante justificable, mientras que en 2020 lo aceptaba un 26,9%), seguida de llamar a un médico amigo para saltarse la lista de espera (que escala, del 22,1% en 2020, al 31,6% el 2022) o no pagar el IVA correspondiente (ahora un 27,8% frente al 13,8% en 2020).

Especialmente relevantes son las cifras que evidencian las dificultades para identificar la corrupción en conductas que casi serían la propia definición de corrupción. Existe un retroceso en la capacidad para leer la corrupción. El balance general respecto a la ola anterior es que en 2020 una mayoría abrumadora reconocía la corrupción en casos paradigmáticos: caso del aprovechamiento del cargo público para un beneficio privado (94'8%), en el hecho de pagar por hacerlo con una contratación pública (92,5%) o de votar un proyecto para favorecer al hijo (92,4%). Este año, los porcentajes caen en picado: 78%, 78,1% y 74%.

Gráfico 3. ¿Considera usted que las conductas que leerá a continuación podrían considerarse corruptas?

Gràfic 3. Considera vostè que les conductes que llegirà a continuació es podrien considerar corruptes?

Los jóvenes toleran más la corrupción que la gente mayor

La edad se convierte en un factor relevante en la normalización de la corrupción. Por lo general, los jóvenes (especialmente en la franja de 16-24 años) presentan unos índices sensiblemente más elevados de aceptación y justificación de las conductas corruptas que el conjunto de la población y la tolerancia decrece en las personas mayores. A modo de ejemplo, que un funcionario acepte dinero para agilizar un trámite es muy aceptable (11,8%) para jóvenes entre 16 y 24 años en contraste con el total de la población encuestada (6,1%). Que un político dé su apoyo a un proyecto para beneficiar a un grupo económico en atención al apoyo que éste ha dado a su partido lo considera muy aceptable un 14,5% de los más jóvenes y sólo un 6,9% del conjunto de la población. Que un cargo político contrate a un amigo íntimo por un cargo de confianza es considerado muy aceptable por un 14,5% en la franja 16 a 24, porcentaje que para el total de encuestados/as es del 6,9.

"A la vista de los resultados, es necesario aumentar entre la gente joven la concienciación sobre la corrupción pública y sobre sus efectos, y sobre la responsabilidad de las empresas y el sector privado, un actor fundamental para engordar la rueda de la corrupción", ha dicho Gimeno en la rueda de prensa.

Por su parte, la jefa de Relaciones Institucionales de Antifraude, Lourdes Parramon, sobre el comportamiento de los jóvenes ha destacado que "la afectación desigual de la crisis económica y la precariedad sería una hipótesis que nos permitiría entender por qué los jóvenes son más tolerantes hacia ciertas conductas individuales".

Los hombres aceptan más la corrupción que las mujeres

En los umbrales de tolerancia también influye la variable de género. Por ejemplo, que un cargo político contrate a un amigo íntimo por un cargo de confianza, lo considera muy aceptable un 9,1% de los hombres y un 5,4% de mujeres. Si se trata de ocultar ingresos por pagar menos impuestos sobre la renta, el porcentaje de encuestados que lo encuentran muy justificable es de 9,7% y 4,5% respectivamente. También hay diferencia a la hora de contratar un servicio sin factura para ahorrarse el IVA, con porcentajes del 10,2% frente al 6,4%.

La Jefa de Relaciones Institucionales de Antifraude, Lourdes Parramon, ha expuesto los datos más relevantes del Barómetro 2022

La ciudadanía se considera menos honesta que hace dos años

Un 71,2% piensa que los catalanes son muy o bastante honestos (78,2% en 2020), mientras que el 28,8% considera que lo son poco o nada. En la pregunta sobre la confianza interpersonal el 63,1% responde que se puede confiar en la mayoría de la gente, mientras que un 19,4% encuentra que nunca se es lo suficientemente prudente.

En cuanto a las posibilidades de la ciudadanía de involucrarse en la lucha contra la corrupción, se mantienen en unos parámetros similares al 2020: un 36% considera que puede hacer algo para ayudar a combatir la corrupción. Lo que se ve cuanto más efectivo es denunciar la corrupción (35,5%); un 29,5% confía en el voto por candidatos netos o partidos que prometan una lucha eficaz; otras opciones son hacer difusión pública del problema (hasta un 17%) o asociarse o apoyar a organizaciones anticorrupción (16%).

Gráfico 4. ¿Qué es lo más efectivo que una persona como usted puede hacer para ayudar a combatir la corrupción en Cataluña?

Gràfic 4. Què és el més efectiu que una persona com vostè pot fer per ajudar a combatre la corrupció a Catalunya?

El 64,9% cree que los políticos son poco o nada honestos

La visión que tiene la ciudadanía de la política y de quienes se dedican a ella no es buena: la percepción de poca o nula honestidad se sitúa en un 64,9%, unas cifras que se acercan a las de 2010, mientras que hace dos años era del 53% (Gráfico 5).

El 79% observa (mucho o bastante) falta de transparencia en las decisiones públicas aunque mejora la apreciación ciudadana sobre la rendición de cuentas. El 81,4% percibe vínculos demasiado estrechos entre negocios y política. Sin embargo, mejora la apreciación ciudadana sobre la rendición de cuentas (el 80,3% considera que los políticos no dan suficientes explicaciones sobre su gestión, porcentaje que en 2020 se situaba en el 84,1%).

Se mantiene similar al anterior barómetro el porcentaje de encuestados que cree que los partidos políticos se financian ilegalmente (un 44%, mientras que en 2020 era un 43,1%).

Gráfico 5. Grado de honestidad de los cargos políticos

Gràfic 5. Grau d’honestedat dels càrrecs polítics

La percepción de la honestidad del personal de la administración disminuye

Se observa una importante debilidad en la confianza en el personal al servicio de la administración. Un 35,3% de los encuestados considera que el personal de la administración es muy o bastante honesto.

El servicio público donde se considera más extendida (mucho o bastante) la corrupción es el de las obras públicas (68,7%), en segundo lugar, el urbanismo (66,1%) y, en tercer lugar, la justicia ( 60,4%) (Gráfico 6). Los partidos políticos (75,4%), seguidos de las entidades financieras (64,7%) y de los sindicatos (62,3%), son las instituciones en las que se considera más extendida la corrupción. Las universidades ocupan el último puesto con un 35,7% (Gráfico 7).

La actividad pública en la que la corrupción está más extendida, según los encuestados, está en los contratos públicos (70,2%), en la concesión de licencias y autorizaciones (67,9%) y en las subvenciones a entidades (65, 5%).

El 66% de las personas encuestadas recela de la meritocracia en la administración; se muestra poco o nada de acuerdo en que los nombramientos en la administración pública se basan en el mérito y capacidad. El 73,1% cree que las administraciones públicas tratan de forma privilegiada a las personas y entidades afines al gobierno.

Para obtener algo de la administración o de un servicio público, la ciudadanía aceptaría antes hacer un favor (33,2% mucho o bastante) que hacer un regalo (25,4%) o dar dinero (13,1%).

Gráfico 6. Corrupción muy o bastante extendida por servicios públicos

Gràfic 6. Corrupció molt o bastant estesa per serveis públics

Gráfico 7. Corrupción muy o bastante extendida por instituciones

Gràfic 7. Corrupció molt o bastant estesa per institucions

Las empresas y los medios de comunicación

Un amplio porcentaje considera que las relaciones entre los cargos públicos y los grupos de interés no son suficientemente transparentes (72,3%). Y sobre los medios de comunicación, el 66,3% considera que la información que ofrecen sobre los casos de corrupción es poco o nada objetiva. En 2020 era un 74,9% que lo consideraba, lo que significa una pequeña mejora en la percepción (Gráfico 8).

Gráfico 8. Objetividad de la información ofrecida por los medios de comunicación

Gràfic 8. Objectivitat de la informació oferta pels mitjans de comunicació

Percepción crítica sobre la transparencia en las instituciones

Un 69% de las personas encuestadas las considera poco o nada transparentes (respecto al 59% de la anterior ola).

Tener algo que esconder es la primera razón que la ciudadanía divisa cuando una institución no da la información que se le pide (50,5%). Por un 42,9% el motivo se debe a que sabe que no habrá sanción; porque es costoso y complicado lo elige un 26,4%; mientras que un 15,2% lo achaca a que la gente pide cosas absurdas.

Para un 86,6% el patrimonio y la actividad económica de los cargos públicos debería estar controlado por un organismo independiente. De éste, un 77,7% hace extensiva la consideración a la familia del político.

La lucha contra la corrupción

Miguel Ángel Gimeno ha constatado "una creciente voluntad ciudadana de luchar contra la corrupción, con la denuncia como vía preferente por el 35,5 por ciento de los encuestados. Lamentablemente se mantienen unos frenos a la denuncia que no dependen de la voluntad de las personas alertadoras", ha remachado el Director de Antifraude.

El 56,9% de las personas interpeladas sigue identificando como principal escollo para denunciar un caso de corrupción la dificultad de reunir pruebas (en 2020 era un 50,5%). En segundo lugar aparece ahora la falta de respuesta del sistema (la creencia de que el responsable no será castigado es la opción elegida por el 44,6%, opción que en 2020 elegía un 28'5%), seguida del miedo a las represalias (que echaría atrás el 36,8%, un 29,2% en 2020). El no saber dónde denunciar obtiene un 26,7% (ligera variación hacia 2020, con un 27,5%).

Trabajo de campo

La jefa de Relaciones Institucionales de Antifraude, Lourdes Parramon, ha presentado los datos más destacados del Barómetro 2022, y ha explicado cómo se hizo el trabajo de campo: Se realizó del 22 de septiembre al 11 de octubre de 2022, mediante 1.858 encuestas online con una muestra proporcional de la sociedad, que incluye a mayores de 16 años residentes en Cataluña con ciudadanía española. Los anteriores barómetros se realizaron mediante encuestas telefónicas, este cambio a encuesta online, mediante el sistema CAWI, puede provocar algunas variaciones (vinculadas al sesgo de deseabilidad) y afectar a la comparativa de algunos valores de otros años.